Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
HISTORIA GENERAL DE LAS COSAS DE LA NUEVA ESPAÑA, I



Comentario

Capítulo dezisiete


De la plática o razonamiento que uno de los viejos mercaderes hazía al que estava de partida para ir a mercadear a provincias longincuas o estrañas cuando era la primera vez

Acabada la comida o combite, ya que estava de partida el que havía combidado, si era mercader novelo, que era la primera vez que iva a mercadear, cada uno de los viejos le hazía un razonamiento esforçándole para los trabajos en que se havía de ver. El primero le dezía de esta manera: "Hijo, aquí nos havéis juntado y allegado a todos los que aquí estamos, que somos vuestros padres y mercaderes como vos. Es bien que os avisemos y hagamos el oficio de viejos para con vos, consolándoos y esfoçándoos. Y yo el primero, como a hijo, os quiero dezir mi parecer, pues que ya estáis de partida para lexos tierras y dexáis a vuestro pueblo y a vuestros parientes y amigos, y a vuestro descanso y reposo, y havéis de ir por largos caminos, por cuestas y valles y despoblados. Esforçaos, hijo; no es razón que acabéis vuestra vida aquí, ni que moréis aquí, sin que hagáis alguna cosa loable para que ganéis honra como nosotros, vuestros padres, lo deseamos. Y ansí, con lágrimas pedimos que sea así, y vuestras obras sean conformes a nuestros desseos. Vuestros antepassados en estos trabajos se exercitaron en caminos, y en esto ganaron la honra que tuvieron, como la ganan los hombres valientes en la guerra. Con estos trabajos alcançaron de nuestro señor las riquezas que dexaron. Es menester que os esforcéis y tengáis ánimo para sufrir los trabajos que os están aparejados, que son hambre y sed, y cansancio y falta de mantenimientos. Havéis de comer el pan duro y los tamales mohosos, y havéis de bever agua turvia y de mal sabor; havéis de llegar a ríos crecidos que van impetuosos con avenidas y que hazen espantable ruido, y que no se pueden vadear. Por esta causa havréis de estar detenido algunos días; havréis de padecer hambre y sed. Mirad, hijo, que no desmayéis con estas cosas, ni bolváis atrás del trabajo començado, porque no nos afrontéis a nosotros vuestros padres. Por este camino fueron los viejos antepassados y pusieron sus vidas muchas vezes a riesgo, y por ser animosos vinieron a ser valerosos, honrados y ricos. Finalmente, pobrezito mancebo, si alguna buena ventura os ha de dar nuestro señor, si nuestro señor te tiene en algo, primero te conviene que experimentes trabajos y pobrezas, y sufras fatigas intolerables, como se ofrecen a los que andan de pueblo en pueblo, que son grandes cansancios y grandes sudores, y grandes fríos y grandes calores. Andaréis lleno de polvo; fatigaros ha el mecapal en la frente; iréis limpiando el sudor de la cara con las manos; augmentarse ha vuestro trabajo en que seréis compelido a dormir al rincón y detrás de la puerta de casas agenas, y allí estaréis cabizbaxo y avergonçado, y andaréis de pueblo en pueblo discorriendo. Y demás de esto os afligirá la duda de la venta de vuestras mercaderías, que por ventura no se venderán, y de esto tendréis tristeza y lloro. Antes que alcancéis algún caudal o buena ventura, havéis de ser afligido y trabajado hasta lo último de potencia. Y allende de esto, muchas vezes os será necesario dormir en alguna barranca, en alguna cueva, o debaxo de alguna lapa, o cabe alguna piedra grande. Si por ventura nuestro señor os matare en alguno de estos lugares no sabemos, y quizá no bolveréis más a vuestra tierra. ¿Quién sabe esto? Por essos caminos conviene que devotamente vay[ái]s, llamando a dios y haziendo penitencia, y sirviendo humil[de]mente a los mayores en cosas humildes, como es dar agua a manos y barrer, etc. Mirad que no desmayéis; mirad que no bolváis atrás de lo començado; mirad que no os acordéis de las cosas que acá dexáis. Continuad y perseverad en vuestro camino, en sufrir los trabajos; por ventura nuestro señor os hará merecedor que bolváis con prosperidad, que os veamos vuestros padres y vuestros parientes. Mirad que tengáis, en lugar de mantenimientos, estos avisos que aquí os damos nosotros, que somos vuestros padres y vuestras madres, para con ellos os esforcéis y os animéis. Hijo muy amado, esforçaos y anda con dios; aquí os embiamos vuestros padres para que hagáis vuestro negocio, apartándoos de vuestros pariente, etc".

De esta manera los mercaderes viejos a los mancebos que nuevamente ivan con otros mercaderes a tierras estrañas a mercadear los hablavan y esforçavan, y ponían delante los trabajos y dificultades en que se havían de ver, ansí en los poblados como en los desiertos, en la prosecución de su oficio de mercancía.